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Internet ha revolucionado la forma en la que nos informamos sobre salud y bienestar, y el cuidado de la piel no es una excepción. Millones de personas acuden a redes sociales para inspirarse en la búsqueda de nuevas rutinas, descubrir ingredientes y compartir sus experiencias, creando conversaciones en el entorno digital que antes se daban exclusivamente en la consulta de dermatología.
Este nuevo ecosistema empodera a los pacientes, pero también plantea un reto: ¿cómo pueden los profesionales sanitarios seguir el ritmo de unas tendencias que cambian a golpe de viralidad? Para dar respuesta a esta necesidad, Sanofi y Regeneron lanzan Real Skinformation, una plataforma basada en inteligencia artificial que ha analizado conversaciones digitales sobre el cuidado de la piel. Desde ingredientes que prometen calmar la dermatitis hasta dietas virales para mejorar la salud de la piel, la plataforma identifica los temas que los usuarios comentan, lo que les preocupa y los trucos que están probando en sus casas, ayudando a los dermatólogos a comprender mejor a sus pacientes y a enriquecer la experiencia en consulta.
En España, los datos revelan cómo muchos usuarios están redescubriendo y reinterpretando ingredientes tradicionales o prácticas populares. A menudo, estos mensajes se comparten como parte de un proceso comunitario de “prueba y error” y de aprendizaje continuo, donde las experiencias de otros usuarios pesan tanto (o más) que la evidencia científica tradicional. Esto pone en evidencia la creciente autoridad que ejercen los influencers sobre las rutinas de skincare. Entre las tendencias que más eco han tenido en RRSS destacan:
- El zumo de apio, que ha pasado de ser un discreto ingrediente de la cocina tradicional a un auténtico fenómeno viral. Muchos creadores de contenido lo presentan como una bebida detox con beneficios antiinflamatorios, ideal – afirman - para combatir brotes de acné o síntomas de dermatitis atópica.
- Los ácidos grasos omega-3, conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular y cerebral, se han ganado también su espacio en la conversación sobre la piel. Cada vez más personas aseguran que tomar suplementos de estos ácidos grasos mejora la hidratación del rostro y reduce la sensibilidad, especialmente en casos de piel atópica o psoriasis.
- Y si hablamos de tradición, el aloe vera y la caléndula mantienen su lugar privilegiado también en el universo digital. En redes circulan todo tipo de usos caseros: desde mascarillas con aloe vera para calmar la irritación hasta recetas DIY de cremas de caléndula con aceite de oliva y lavanda. En todos ellos, la clave no es solo el ingrediente, sino el relato: compartir la experiencia, documentar los resultados y generar comunidad.
Influencers y comunidades online no solo comparten recomendaciones, sino que moldean nuevas formas de entender el skincare, muchas veces fuera del circuito clínico tradicional
África Luca de Tena, co-fundadora y responsable de Comunicación de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA), asegura que "en esta era en la que las redes sociales forman parte del día a día de la mayor parte de la población, los dermatólogos necesitan comprender no solo la biología de la piel, sino también el entorno digital en el que sus pacientes se informan y comparten información. Real Skinformation es un puente entre ambos mundos, facilitando la comunicación en la consulta y ofreciendo datos útiles que permiten enriquecerla desde el conocimiento y la empatía".
Esta ola de autocuidado compartido no responde solo a modas pasajeras. Detrás hay una búsqueda real de soluciones asequibles, cercanas y —sobre todo— validadas por la experiencia de otras personas. Para muchos, conocer la rutina de influencers que sienten cercanos, tiene mucho más impacto que una campaña publicitaria.
Pero ¿qué hay de contrastado en estas tendencias? ¿Cómo impactan en la forma en que abordamos otros tratamientos de salud dermatológica? El análisis realizado por Real Skinformation está pensado para que dermatólogos y expertos comprendan mejor las expectativas y los hábitos que sus pacientes ya han incorporado y puedan abordarlos en consulta. De este modo, la comunidad médica se puede mantener en sintonía con los fenómenos digitales del momento y se refuerza el papel crucial del criterio profesional en el acompañamiento para validar o corregir lo aprendido online.