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Con Classique Essence de Parfum y Le Mâle Essence de Parfum, Jean Paul Gaultier escribe un nuevo capítulo de la historia de Classique y Le Mâle. Classique y Le Mâle se enfundan en un tiempo nuevo y adaptan las formas y siluetas de sus frascos.
Classique, se presenta hoy con un pecho menos voluptuoso y una cadera más pronunciada; mientras que Le Mâle se muestra ahora con mayor amplitud de espalda y una silueta más fina pero firme.
Según indican desde la firma, los ángulos sobre el cristal de los míticos frascos ilustran la época de hoy, en la que pasamos los días mostrando diferentes facetas de nosotros mismos. Además, el dorado de las latas se suaviza hasta adquirir un tono casi carnal.
Daphne ha creado Classique Essence de Parfum. Según explica, desde el principio, Classique daba vueltas en su cabeza en torno a tres elementos: jengibre en la cabeza, flor de naranjo en el corazón y vainilla al fondo. Y confiesa que trabajar el jengibre en primer lugar, se reveló decisivo en la creación de esta nueva versión.
Gracias a la inspiración del trabajo de laboratorio, Daphne pensó enseguida en un perfume que lograra al fin ser experimental y a la vez apetitoso. Sin perder nada de suculencia. De ahí, la vainilla, la chantilly. Según ella, “cuando un perfume consigue despertar el apetito, se convierte en irresistible”.
Por su parte, Quentin, responsable de la creación de Le Mâle Essence de Parfum, asegura que éste, en principio, se crea a partir del cardamomo en la cabeza, lavanda en el corazón y raíz de costus en la base. Y que, a partir de aquí, tuvo que decidir lo que se conservaba o retiraba.
Sin embargo, decidió partir del frasco. De la idea de desnudar a Le Mâle, pensando en piel y cuero. “Quería trabajar un cuero casi aterciopelado, suave y a la vez animal”, explica Quentin, asegurando que quería hacer sentir casi el olor de la piel. De ahí que guardara el cardamomo en la cabeza, pero dándole una nota más natural.